De esta hermosísima anátida, de forma coloquial, podríamos decir que está a medio camino entre los patos y los gansos (ánsares). Ninguna otra anátida de la región posee el diseño y los colores del Tarro blanco y eso los hace inconfundibles. Un detalle diferencia a machos y hembras, la protuberancia en la parte superior del pico del que carecen las hembras y los juveniles, pero estos últimos no tienen desarrollado el colorido típico de los adultos.
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