Seguir con sigilo y prudencia las idas y venidas de este papamoscas, puede llevarnos hasta el lugar donde ha elegido hacer su nido. Si notamos que provocamos la más mínima perturbación al ave, es obligatório alejarnos de la zona rápido pero sin precipitaciones. Debemos permanecer poco tiempo en las proximidades del nido, para tampoco delatar su ubicación a potenciales depredadores. Todas estas recomendaciones deben ser asumidas como obligaciones inexcusables por los verdaderos amantes de la fauna silvestre.
Respetando estrictamente estas normas de "buena conducta" de observadores y fotógrafos de la Naturaleza, podremos ver, relativamente de cerca, la vida de sus criaturas sin interferir en ella y sin dejar rastro de nuestra presencia, permitiendo que todo transcurra con total naturalidad.
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