Es la especie de estornino más común en Europa, pero en el territorio peninsular salvo unas pequeñas zonas al borde de los Pirineos, solo se presenta como invernante. Es el Estornino negro, casi endémico de Ibéria, el que le sustituye en este territorio sin llegar a mezclarse. Así como en invierno es muy gregario y puede llegar a formar inmensas y acrobáticas bandadas, en la época de reproducción las parejas se aislan para sacar adelante a sus polluelos. El profuso moteado blanco de su plumaje de invierno se reduce, en gran medida, dando paso a un negro irisado de verdes azulados, violaceos y rojizos, que resultan preciosos cuando podemos verlos de cerca, como la oportunidad que nos brinda esta imagen. Es evidente que las tareas de reproducción ya están en marcha, de ahí la "ceba" que lleva en su pico y que pronto será engullida por alguno de sus insaciables polluelos.
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