Esta estilizada Lavandera está muy vinculada a los pequeños ríos y arroyos de aguas rápidas y limpias. Su hábito de mover continuamente su larga cola y cuerpo con unas rítmicas semiflexiones fueron el origen de su nombre, al recordar a los movimientos que hacían, antaño, las mujeres al lavar la ropa en las orillas. Afortunadamente, por doble motivo, son solo estas las lavanderas las que trajinan en las orillas de nuestros cauces. Por un lado se han desterrado aquellos duros trabajos y por otro es síntoma de buena calidad en las aguas, hasta hace poco muy contaminadas por vertidos sin depurar, urbanos e industriales, que hacían muy difícil, o imposible, la vida en ellos.
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