Estos pequeños halcones crían en pequeñas colonias, tras retornar de África donde pasan el invierno (una mirada atenta localizará a cinco ejemplares en la última foto). Los orificios de viejas edificaciones ofrecen un lugar idóneo para sus nidos y obtienen los grandes insectos, de los que se alimentan, en los campos circundantes. La industrialización de la agricultura perjudica notablemente a esta especie a lo que se suma la paulatina desaparición de emplazamientos propicios para su reproducción. Para intentar paliar estos efectos la instalación de "cajas anidaderas" parece dar buenos resultados.
Diferenciar a las hembras de las del Cernícalo común, es bastante difícil, pese a la clave de fijarse en el color de sus uñas; Blancas en los primillas y negras en los comunes. Los machos primillas, a diferencia de los comunes, no tienen pintas en el dorso, su pecho es mucho menos moteado, el azul-gris de su cabeza es más nítido y carecen de bigoteras.
Impresionantes las fotos y su explicación, un saludo
ResponderEliminar