Esta especie es cada vez más popular entre nosotros. No huye de los lugares humanizados, más bien al contrario, se establece en la próximidad, o de pleno, en pueblos y ciudades. No es nada tímida y gusta de emplear las antenas de televisión a modo de atalayas desde donde emitir su insistente "tuur, tur, tuur". Por familiar que nos resulte hoy, esta tórtola es la protagonista de un fenómeno poco usual y objeto de estudio. Originaria de los Balcanes, desde los años 30 del siglo XX, comenzó una expansión de su área de distribución en dirección norte y oeste. No se trata de una introducción artificial, accidental o intencionada, es un hecho natural, por lo que no debe interpretarse bajo el prisma de "especie invasora" o "alóctona" (no perteneciente a la fauna autóctona), ya que además no compite por los recursos de otras aves y no provoca daños a nuestra economía. De hecho, y muy a pesar de las ansias cinegéticas de algunos, está protegida por normativas europeas que prohiben su caza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario