No es sencillo observar a esta escondediza curruca que, practicamente no abandona lo más intrincado del espeso monte bajo. Cuando la oportunidad se da, no podemos menos que quedarnos prendados de su belleza y su roja mirada. Hembras y jóvenes son de un suave "gris ratón", en tanto que los machos lucen dorso más oscuro, pecho rojo y minúsculo moteado blanco en la garganta. También el anillo ocular luce un rojo más intenso en ellos.
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